El punk es peruano y el metal… colombiano


Así es, en 1964 los Saicos en Perú crearon el sonido del punk y veinte años después, Parabellum en Medellín, Colombia, creó, prácticamente de la nada, el sonido del metal (el metal…metal). De lo primero no haré mayores referencias, bien ya se ha dicho y escrito bastante al respecto y en su segundo disco de 2013 El Chibcha Loco grabó una versión de una de sus canciones, Fugitivo de Alcatraz. Por lo tanto, me dedicaré a analizar la importancia de Parabellum en el sonido del metal y algunas reflexiones al respecto.

A principios de los 80 Medellín no era muy distinto a lo que es ahora, corrupción, desigualdad, violencia, narcotráfico, drogadicción, pobreza, miseria, sicariato, autoritarismo, hambre, muerte, terror, desolación; en este contexto, los jóvenes de las comunas más pobres tenían la total certeza de que era imposible salir de ese círculo y la sociedad en su conjunto, se encargaba día a día de comprobar que ineludiblemente así sería.

Por allá a finales de los setenta, quien sabe por obra de qué cuestiones del destino, aquellos jóvenes de las comunas pobres comenzaron a oír los sonidos provenientes del naciente punk de Nueva York y los grupos “clásicos ingleses” de rock; su gusto era tal que vieron en esta música un escape psíquico a su situación material. Pero no se quedaron ahí, algunos pocos pudieron comenzar a hacer música y no solo eso, también intentaron hacer conciertos y aún más allá, cuando era muy, pero muy difícil, lograron grabar lo que hacían, y como en el caso del grupo al que me referiré en este escrito, compartirlo mundialmente. Toda una proeza.

En este contexto nace Parabellum, un grupo que representaba y narraba toda esa desgracia. Claro, lo que salía de su alma era de tal crudeza y fuerza que hasta el día de hoy no tiene comparación alguna. Como lo menciona su guitarrista La Bruja Pérez, ellos no eran malvados, eran más anárquicos, queriendo romper toda esa opresión y dominación insoportable que yacía sobre sus destinos. Pasaban horas y horas explorando la pesadez, la estridencia en sus instrumentos, no existía ningún tipo de música que se acercara a representar lo que sentían en sus mentes y cuerpos. Así nació el metal…Algunos lo llaman ultra metal. Para mí, es el verdadero y único sonido del metal.

En 1979 se conforma la banda Venom en Inglaterra y años más tarde, por allá en el 83, Bathory. Sus raíces son muy cercanas al rock y al heavy metal, más bien lejanos al estilo que creó Parabellum y que presentó en sus conciertos de 1984. Por lo tanto, Parabellum es el creador único del metal. Solo hay que imaginar lo difícil y poco común en la historia humana que es crear algo y si, Parabellum lo hizo. Sus grabaciones y las crónicas de los espectadores que presenciaron a la banda tocar en vivo coinciden en que no ha habido hasta hoy nada igual en cuanto a su crudeza, fuerza y poder interpretativo, todos refieren lo impresionante de esta banda. La forma de “cantar” de Ramón Reinaldo no existía, (y hasta hoy es el gran cantante del black metal, mejor que todos, como lo demuestra en su banda ya de culto, Blasfemia) la forma de tocar la batería o la guitarra, no existía. En una entrevista Ramón Reinaldo decía que la primera vez que tocó con Parabellum él quería sonar como una bruja (me pregunto ¿cómo suena una bruja?).


Parabellum en sus canciones crea atmósferas únicas que trascienden lo musical y llegan incluso a tocar terrenos de otras artes más etéreas, el reflejo de las profundidades del inconsciente, del dolor oculto de los seres humanos… de la cultura humana.

Bull metal”, un personaje de aquella escena logra hacer contacto con otros lugares del mundo: como el uroboros (la serpiente que se come su propia cola), la obra de Parabellum llega a Noruega a manos de otros jóvenes que habitan en una sociedad llena de oportunidades y bucólicos bosques, tan lejanos de las calles plagadas de muerte de las comunas de Medellín; ellos perciben inmediatamente lo innovador de esta música y les llega profundamente a sus corazones como lo menciona en una entrevista Manheim, baterista fundador de Mayhem, quien además agrega que indudablemente Parabellum fue una influencia para ellos y que reconocen lo diferente que les resultaba frente a todo lo que habían escuchado jamás. Al escuchar las primeras grabaciones de Mayhem es indudable la profunda influencia de Parabellum, no puede ser de otro lado. Estos jóvenes bajaban a la “Cava infame” en la tienda Helvete de Oslo a oír a las bandas de Medellín. Allí reposaban graffitis de nombres como Reencarnación, Masacre, Sarcófago (otra muy influyente de Brasil, que comenzó en 1985 con un sonido cercano al thrash, el rumor es que no utilizaban una batería de verdad), Sepultura y claro, Parabellum.

Mayhem fue poseído por un diablo abstracto, medieval, el diablo europeo, fascista, ese que se inventó la esclavitud, la colonización, la diferencia entre seres humanos, el que despojó a naciones y pueblos enteros y plagó de muerte muchos lugares del mundo. El diablo de Medellín era otro, el producto del anterior, encarnado en el policía, el político, el narcotraficante, el cura, la sociedad… sociedad hija de puta como lo vociferó Cipriano de Parabellum en la película de Víctor Gaviria, Rodrigo D No Futuro, acompañado de su batería en una magistral interpretación, valga decir y sin miedo a equivocarme, uno de los mejores y más innovadores bateristas del mundo.

Aquí aparece un componente ritual, al ver el video de la batalla de las bandas de 1985 grabado en la Plaza de Toros La Macarena, se me hace muy similar a los rituales secretos de los Haoukas descritos por Jean Rouch en 1955 en el documental Los Maestros Locos, en el cual una secta de esclavos nigerianos recrea sus viejos rituales africanos, pero los demonios que los poseen son otros: el gobernador, el maquinista del tren, el militar. El diablo de Mayhem en cambio, es el del hombre blanco, el del esclavista, el que como afirmaría Aimé Cesaire, poeta negro de Martinica, termina devolviendo sus prácticas de dominación contra si mismo; los miembros de Mayhem se mataron entre ellos, después de que el “inner circle” como dicen los rumores, quemó iglesias y asesinó prostitutas y homosexuales.

He aquí lo valioso de Parabellum, da cuenta de la psiquis humana, no solo lograron crear algo nuevo, sino que trascendieron lo musical y lograron expresar y representar de forma magistral una experiencia humana en medio de la dominación, la pobreza y la muerte; lograron vencer el tiempo y el espacio, a esto sin dudas lo puedo llamar: arte.

La carátula del disco Sacrilegio (el cual en su versión original podría costar hoy en día, alrededor de 350 o 400 dólares, tal vez más) merece una mención especial. La Madonna con niño al estilo Boticelli o Caravaggio, en la cual no hay colores y solo se transforman las caras de los personajes, dando esa sensación lúgubre de muerte, de dolor, que recrea el paraíso, pero plagado de demonios infernales, el cielo tomado por las criaturas del averno. Esta imagen logra la misma fuerza que su música y en cierta forma representa en el fondo, esa añoranza del paraíso perdido, suplantado.

El Chibcha Loco no tocará nunca canción alguna de Parabellum, a diferencia de como lo hizo con Los Saicos, no solo por lo lejano de su estilo, más aún porque nos sería imposible, pero no solo para nosotros, sino para cualquier grupo en el mundo. Tampoco estará nunca en un museo del rock, lógicamente por su carácter, teniendo todo y mucho más para estarlo por ser el primer grupo de metal de la historia, y más allá de eso, porque cualquier museo de rock se quedaría infinitamente corto.

Comentarios

Entradas populares