El 610AM of the Capital (Los rockers también se enamoran) y la partida de Elkin Ramirez
Vacaciones de mitad de año a
finales de los 80, me levanto tarde, enciendo el radio y solo encuentro las
canciones de Tiffany, Belinda Carlisle, Debbie Gibson, Samantha Fox, Milli
Vanilli o Locomía, insoportable… no hay nada que hacer en el día, así que
comienzo a explorar el dial, sin ninguna expectativa, paso al AM y al borde, en
la esquina izquierda suena entre la interferencia propia de esta frecuencia y
la mala calidad del sonido, Hells Bells de AC/DC!!!, sigo oyendo la emisora y
una tras otra comienzan a sonar canciones de Black Sabbath, Deep Purple, Doken,
Kindom Come, Whitesnake, Alice Cooper, Scorpions, Ufo, Iron Maiden, Dio, Metallíca
(del Kill’ em all) Megadeth y por supuesto todo el hard rock de la época, desde
Def Lepard (los primeros discos) Ozzy Osbourne hasta Cinderella, entre muchos
otros; puede que hoy algunas de estas bandas como mínimo apesten, pero
para esa época eran la vanguardia.
También se colaban canciones de Barón Rojo, Los ángeles del infierno y
así durante todo el día; por supuesto, sistemáticamente la continué oyendo, esto
sonaba en la radio, todos los días hasta las 7 de la noche cuando comenzaba el
programa “los rockers también se enamoran” en el que los radioescuchas llamaban
a contar sus bizarras historias románticas.
El locutor fue mutando su
forma de presentar las canciones hasta recrear una voz gutural imitando a un
cerdo, se hacía llamar “el duende”, que años después pasaría a otra emisora a
presentar un programa de salsa y terminaría dedicado a hacer programas que
buscaban familiares desaparecidos. Al
poco tiempo, el 610 – Radio Tequendama, pasó a programar música vallenata.
Década y media más tarde, algún
locutor diría en el lanzamiento de una nueva emisora de carácter público que
ahora sí habría una que solo programara rock. Tal vez no sabía que ya en los
años 50 la emisora 1.020 o Radio Chapinero pasaban Rock’nRoll, y luego la Radio
15 traía el rock a Colombia en los 60 y que lo propio haría Radio Tequendama en
los 80. De todas formas el rock comenzaría por aquellas épocas un largo y
todavía no acabado tránsito hacia el olvido con el séquito de las emisoras
actuales lejanamente relacionadas con este tipo de música.
Lo interesante de todo, no
es solo la existencia de una emisora de rock totalmente actual y de primera
línea para esa época, sino que también se programaba rock colombiano sin
ninguna distinción con las bandas norteamericanas o inglesas. Por allí desfilaban
Darkness, Kraken, Kronos, Excalibur, Minga Metal (con ese emocionante halo sabático
que probablemente muy pocos recuerden). Tal vez era el único espacio donde se
podía escuchar rock hecho en Colombia y fue la primera vez que oí grupos
colombianos de la época.
Ahora podría pensar que ésta
fue la última de las emisoras de rock en Colombia. Nunca más hubo emisoras de rock, y el rock
colombiano pasó a ser programado en los espacios de más baja audiencia, llevado
a la categoría de favor y la música pasó a ser denominada “demo”. Se programaban grupos como Aterciopelados o
La Derecha, quienes llegaron a abanderar el denominado rock colombiano, eco de
una corriente alternativa proveniente de México que de alguna manera soslayó lo
que pasaba en el mundo cuando Mother Love Bone se convertía en Pearl Jam y años
después “Ten” vendía millones de discos al igual que “Dirt” de Alice in Chains,
o Badmotorfinger de Soundgarden, todo un fenómeno cultural para los jóvenes en
muchos lugares del mundo en ese momento.
Me llegan estos recuerdos y
reflexiones a partir de la muerte de Elkin Ramírez a quien oí por primera vez
en el “610AM of the capital”, uno de los pocos que pudo realmente mantener un
proyecto y generar una obra musical de años con Kraken, independientemente del
gusto por su música, logró lo que pocos en el país: mantener un proyecto
musical a pesar de la precariedad de los medios de comunicación y su privilegio
de programar…muy mala música.
La partida de Elkin Ramirez,
un poco más de un año después de la de Lemmy Kilmister y de varios otros viejos
“héroes del Rock” desaparecidos recientemente, parece el anuncio del final, en
lo que tiene que ver con Colombia, de un arte, tal vez menor, pero muy
importante para algunos de los que fueron jóvenes en la segunda mitad del siglo
XX… El Rock.
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